



Sitio oficial
«No importa cuánto te esfuerces
ni la ilusión que te forjes
lo mejor que hayas escrito
antes ya lo escribió Borges»
Jorge Nieva (filósofo contemporáneo)
Imagen frecuente: la de la nave Argos (luminosa y blanca); los argonautas iban reemplazando poco a poco todas sus piezas, de suerte que al fin tuvieron una nave enteramente nueva, sin tener que cambiarle ni el nombre ni la forma. Esa nave Argos es muy útil: proporciona a la alegoría un objeto eminentemente estructural, creado, no por el genio, la inspiración, la determinación, la evolución, sino por dos actos modestos (que no pueden captarse en ninguna mística de la creación): la sustitución (una pieza desplaza a otra, como en un paradigma) y la nominación (el nombre no está vinculado para nada a la estabilidad de las piezas): a fuerza de hacer combinaciones dentro de un mismo nombre, no queda ya nada del origen: Argos es un objeto que no tiene otra causa que su nombre, u otra identidad que su forma.
Otro Argos: tengo dos espacios de trabajo, uno en París y el otro en el campo. Del uno al otro no hay ningún objeto en común, pues no se transporta nunca nada. Sin embargo, los dos lugares son idénticos. ¿Por qué? Porque la disposición de los útiles (papel, plumas, pupitres, relojes, ceniceros) es la misma: es la estructura del espacio lo que configura su identidad. Este fenómeno privado bastaría para esclarecer el estructuralismo: el sistema prevalece sobre el ser de los objetos (Barthes, 1978:50-51).
Barthes, Roland (1978). Roland Barthes por Roland Barthes. Barcelona, Editorial Kairós.
Acabo de descubrir el método más revolucionario para limpiar el polvo de las casas. Lo único que hay que hacer es poner mis lentes en una habitación. De alguna forma, la materia cristalina succiona el espacio para generar gravedad hacia los lentes.
Sigh no more, ladies, sigh no more,
Men were deceivers ever,
One foot in sea and one on shore,
To one thing constant never.
Then sigh not so, but let them go,
And be you blithe and bonny,
Converting all your sounds of woe
Into Hey, nonny nonny.
Sing no more ditties, sing no mo
Of dumps so dull and heavy.
The fraud of men was ever so,
Since summer first was leavy.
Then sigh not so, but let them go
And be you blithe and bonny,
Converting all your sounds of woe
Into Hey, nonny nonny.
Much Ado About Nothing – Act 2, Scene 3